La muerte es una experiencia que nadie tendrá nunca. Si, nunca. Parece una declaración muy extraña pero es así. Por lo tanto, no hay que temerle a la muerte.
Es sensato temerle a una experiencia que jamás tendremos ? a algo que jamás viviremos ?
Sobre el frío tema de la muerte parece haber dos líneas básicas de creencias: La primera (trascendental) es más bien religiosa y dice que no morimos, simplemente cambiamos de estado. El cuerpo se queda aquí en la tierra pudriéndose, pero continuamos un camino eterno con nuestra alma y nuestro espíritu. Según esta creencia por lo tanto, la muerte no existe y sólo hay un paso a otra vida. Luego no podemos temerle a la muerte ya que ella no se produce nunca.
La segunda línea establece que dejamos de existir en algún momento. Al producirse la muerte no hay nada más. Después de la vida no se conserva nada. Simplemente ya no existimos. Luego, tampoco podríamos temerle a la muerte ya que no hay posibilidad de vivir la experiencia de estar muerto. No hay ninguna "vivencia" sobre estar muerto dado que, para experimentar algo, debemos estar vivos.
Pero siempre hemos escuchado hablar sobre el temor a la muerte. Diríase que culturalmente es un temor presente en todos los tiempos, sin embargo si lo pensamos detenidamente resulta paradojal tener miedo de algo que jamás viviremos. Algo que no podríamos experienciar, salvo que estuviéramos vivos. Entonces, a qué le tememos ?. Podríamos eventualmente trabajar sobre esta emoción que nos atormenta e intentar otra mirada menos nociva sobre la muerte ?
Todos nuestros temores cotidianos están asociados a vivencias que no queremos tener, a experiencias que no quisiéramos vivir como la pena por la pérdida de un ser querido, dolor físico, soledad, desesperanza, en fin. Pero para vivir una experiencia necesariamente hay que "permanecer existiendo". No es posible que alguien que murió "viva" experiencia alguna porque ese alguien ya "no es". Cómo podríamos entonces tener miedo de la no existencia ?. Como sea, hay un miedo que declaramos cuando pensamos en la muerte, hay algo ahí a que nos asusta, nos inquieta y eso es indiscutible. Qué es ?
Algunos argumentan que es un "temor a lo desconocido", pero entonces no corresponde a un temor a la muerte. En este caso tenemos la sospecha de que en realidad no morimos, de que hay otra vida desconocida que podría depararnos sufrimiento. Quienes aseguran que la muerte no es más que un cambio de estado fundan su temor en la manera en que seremos juzgados por el Creador. Siempre escuchamos que el pecador sufrirá terribles castigos "después de la muerte". Visto así, la muerte entendida como "fin del ser" no existe. Es sólo el paso a otra etapa de la vida, un cambio de estado, una mudanza a la "mansión eterna", por lo que cabe la posibilidad de que pudiéramos vivir después una experiencia de sufrimiento. Descartamos entonces el "temor a la muerte" y lo reemplazamos por un temor al sufrimiento que podríamos experimentar en esa otra vida o en esta vida antes de transitar a la otra.
Para quienes conciben la muerte como el "fin de la existencia", el momento en que el ser humano desaparece como tal y luego no hay nada más, el temor se funda curiosamente en el mismo elemento: el sufrimiento. La diferencia estriba en que dicho sufrimiento no se vive "post mortem"; se vive antes de la muerte y puede estar asociado a la preocupación por los seres queridos, al sufrimiento previo a la muerte como producto de una enfermedad, un accidente, etc. También habría entonces que concluir que el temor no es a la muerte sino al sufrimiento. No sería un temor a la muerte misma ya que al fenecer el individuo que teme dejará de existir y no habría nadie que pudiera sufrir.
El miedo entonces nunca es un miedo a la muerte. Es un miedo a experimentar algún tipo de sufrimiento, ya sea en esta o en la otra vida (para los que creen en ella) o antes de morir (para los que no creen en otra vida).
Conclusión, si usted es creyente sabe que no va a morir nunca. Ahora si usted cree en la muerte puede olvidarse de ella porque nunca la va a vivir. La muerte no le ocurre a nadie. Sólo nos ocurre la vida, hasta el momento en que ya no nos ocurre más.
viernes, 10 de octubre de 2008
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